El premio y la consideración son tan importantes para el desarrollo de la vida como el comer o el respirar. Para una planta, son tan necesarios el sol como el agua.
Si alguien recibe refuerzos frecuentemente…
- Crece con confianza en sí mismo.
- Se desarrolla normalmente.
- Se siente querido.
Si los refuerzos son escasos o nulos..
- Se genera desánimo.
- Puede desarrollarse timidez.
- Se crea una cierta falta de seguridad.
Todo esto podría derivar en la búsqueda de atención de forma incorrecta y perjudicial.
Los premios deben depender del momento:
Pero también de la situación:
Estos son algunos ejemplo de posibles premios que podéis emplear, que no han de ser necesariamente materiales:
- Salir a jugar.
- Hacer una excursión a algún lugar que le interese.
- Una sonrisa.
- Una serie de palabras amables.
- Jugar con ama o aita.
La mejor recompensa que podéis ofrecerles, es la atención y el afecto. Tened en cuenta que en ocasiones, llegamos a hacer lo que sea con tal de recibir atención. Así que, cuando veáis que aparece la conducta deseada, podéis recompensarla con un premio.
Poco a poco, las recompensas tendrán que ir siendo aplazadas, pero recordad que si nunca aparece recompensa, la motivación puede ir perdiéndose.