¿En qué consiste?
Los celos son un estado afectivo caracterizado por el miedo a perder o ver reducidos el cariño y la atención de alguien querido, porque la persona amada quiere a más personas. Este sentimiento suele ir acompañado de envidia y resentimiento.
Se suele manifestar mediante muchas conductas: rechazo o rivalidad haciºa el hermano, romper materiales y juguetes, buscar estar con el hermano para fastidiarle, insultar, ridiculizar o amenazar, llegando a veces a las manos, chivándose de conductas del otro…
Puede manifestarse en una vuelta a conductas más infantiles ya superadas: imitar el lenguaje del bebé, tartamudeo, pedir papillas, dormir en la cuna, volver al chupete, pedir ir a la cama de los padres, lloros frecuentes sin motivo aparente o preguntas alusivas a si se le quiere.
Medidas más concretas
¿Qué podemos hacer para moderar situaciones de celos?
- Evitar la comparación y la competitividad entre hermanos.
- Evitar la intromisión en sus conflictos, siempre que no haya agresión.
- Evitar que los mayores asuman siempre la responsabilidad del cuidado del pequeño
- No prestar atención ni recompensar al hermano «chivato».
¿Cómo actuar en situaciones de conflicto?
- Identificad los problemas y estableced reglas (a la hora de comer, en el coche, en los juegos, viendo la tele…)
- En conductas inaceptables actuad de inmediato: en agresiones o insultos, utilizad: «tiempo fuera», retirada de privilegios…
- Enseñad, en momentos de tranquilidad, cómo resolver conflictos: cómo pedir la cosas, cómo llegar a un acuerdo…
Ante la llegada de un hermano…
Resaltad la importancia de tener hermanos y de la felicidad que esto comporta en el juego, en la alegría de la casa. Evitad frases como «no le toques», «aléjate, que no me fío de ti», y advertid a las personas de vuestro entorno de que eviten expresiones negativas como «ahora sí que vais a tener que compartirlo todo». Por otro lado, animadles que hagan comentarios positivos referidos al nuevo hermano:
Estimulad con expresiones positivas todo acercamiento: «qué bien le cuidas», «eres muy responsable»…
Dedicad un tiempo de atención a cada hermano. Tened en cuenta que los mayores son los que pueden manifestar conductas celosas y no el recién nacido, que no es consciente del momento. Cada uno merece un trato diferente, por tanto, evitad tratad a todos con el mismo rasero, explicando el porqué del trato diferencial.